Dos años sintigo: Tu presencia constante

Sí, «sintigo». No puedo decir contigo porque no te tengo, no puedo abrazarte, besarte, mecerte, acariciar tu hermoso cuerpo, ni peinar tus rizos, secar tus lágrimas, escuchar tus gorjeos, tu risa pura…
No puedo decir sin ti, pues nunca me faltas, hay una luz en el centro mismo de mi corazón, una certeza, una voz sabia y eterna, un ancla, un faro, una estrella polar…
AMOR
AMOR
AMOR
Esa presencia ha ido arrojando luz sobre todas las facetas de mi vida que necesitaban ser revisadas, ha puesto de relevancia qué sí es fundamental en nuestra existencia, ha ordenado correctamente la lista de prioridades, ha generado consciencia sobre la necesidad de observar, de aceptar, de integrar, de dejar pasar, de no resistirse, de permitir, de entregarse, de compartir, de avanzar y de retroceder, porque todo forma parte de nosotros y de este camino.
Esa presencia tuya, Olivia, me enseña a amar lo que es y lo que soy, con todas mis luces y mis sombras, que aún son muchas, pero ya no son fuertes ni están ocultas.
Esta presencia me ha acercado al dolor de los demás, a detectar su sufrimiento y sus necesidades, me ha regalado la COMPASIÓN, en su sentido pleno, sentir con el otro y ha elevado aún más mi nivel de empatía, sensibilidad, apreciación de la belleza, disfrute del momento.
Me ha rescatado del pozo de la culpa, la tristeza infinita, la falta de esperanza, del dolor atroz, del abismo de la pena honda como no se puede describir, del miedo a volver a ser madre, del miedo a volver a vivir.
Me ha ayudado a aferrarme a la risa, al amor, en definitiva me ha enseñado a vivir.
No he sobrevivido, he aprendido a vivir. Terminada una fase extremedamente dura de mi existencia, siento ilusión y deseo de seguir avanzando.

Hoy al pensar en Olivia y en su próximo cumpleaños me he dado cuenta de que está omnipresente, no sólo en nuestro corazón, también en nuestro hogar y he querido compartir sus rinconcitos y símbolos como homenaje. El tiempo pasa, los escenarios cambian, la colección de erizos y otros símbolos aumenta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A pesar de días y momentos de mucho dolor aún, de lágrimas y malos recuerdos, siento que lo peor ha ido quedando atrás, que la vida me ha dado un respiro. Que la paz que trae Olivia me inunda hoy.
Y un ejemplo de que lo peor ha pasado es que, el otro día, pude hacer una broma en la que Oli estaba integrada y eso es muy importante para mí, pues el humor es fundamental en mi vida. En un grupo de duelo o a través de este blog es difícil dar cabida al humor debido a la intensidad de los temas que tratamos pero hace muy poquito, hablando con una amiga sobre los productos del Mercadona, de uno de los cuales en particular soy entusiasta, dije «¡Es que me encanta! Me voy a tatuar Mercadona en un brazo. En uno Olivia y en el otro Mercadona».
Habrá quien no lo entienda y le parezca incluso mal, inapropiado, sacrílego, una banalización, pero para mí es un hito en este camino que indica que la herida está muy próxima a curarse, aunque siempre acaricie el recuerdo de su cicatriz con amor.

11 comentarios

  1. Alicia, es precioso y te admiro. Yo no perdí a mi hija, estuve a punto, pero no la perdí. Me sentí egoísta durante un tiempo porque a cambio de su supervivencia ella tiene graves secuelas.

    Incluso los médicos me dijeron que era mejor que ella muriera si iba a quedar mal. Incluso yo pensaba eso antes de ser madre. Evidentemente cuando opinamos sobre los demás no tenemos ni idea.

    Eres valiente al contar todo esto y ayudar a otras mamás. Sé la satisfacción que se siente también. No estar solas es tranquilizador.

    Yo espero pronto ser mamá otra vez, aunque después de Alicia tuve otra pérdida… muy dolorosa también. Le pido al universo un bebé arcoiris sano, con eso basta.

    Entiendo tu humor, es normal. El humor es una forma inteligente de sacar las emociones. ¡Si yo te contara algún chiste de paralíticos que me han contado otras mamás con hijos con PCI…! Y no puedes evitar reirte. Es sano.

    Un abrazo enorme. Y muchas gracias por tu ayuda con mi niña. Besos.

  2. Hola Alicia! Que bonito que hables así de tu gran amor… han pasado dos años, pero el tiempo es solo una estructura, una manera de hacernos los humanos… dentro de uno, no hay tiempos… solo recuerdos… y que sabia la vida! siempre prevalecen los buenos recuerdos, los llenos de amor. ¿verdad? a mí me pasa eso, hace 8 meses que mi angelito decidió dejarnos, y me doy cuenta de que el amor aumenta y el dolor se va escondiendo… no desaparece porque de repente, sale a escena y arrebata mi cuerpo, pero solo a veces… En cambio, el amor que me hizo sentir mi niño, sigue intacto, sincero y por eso, digo: Gracias!

    Un abrazo, Alicia

    1. Qué bien explicas todo este proceso y me asombra la sabiduría alcanzada en tan sólo ocho meses tras la partida de tu niño. Sin duda eres una mamá muy especial! Besos

    2. La sabiduría nos la van dando nuestros ángeles… ellos y ellas son los verdaderos protagonistas! ellos que sufrieron, que sobrevivieron muchos momentos, que lucharon por vivir, y ellos que decidieron irse… la sabiduría es de ellos. En nuestro caso, en vez de ser los padres los que tenemos que enseñar a los hijos, son nuestros hijos los que nos enseñan las grandes lecciones de la vida. Sintámonos agradecidos. y quiero darte las gracias porque cuando una mamá es capaz de expresar tan bien y con tanta naturalidad todo este proceso tan duro, no puedo más que sentir felicidad y agradecimiento.

      Ahora, mi pareja y yo estamos deseando ser papás otra vez y poder expresar este amor que nació con Xabier y que tenemos a borbotones!

      Un beso.

    1. También yo a veces cierro los ojos y si me acaricio la barriguita puedo sentir aquellos días felices, las sensaciones y movimientos, el tacto de su piel, su pelo… antes de que todo se torciese definitivamente, cuando aún existía para ella la esperanza… Gracias, amiga, un abrazo

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