Yo viajo segur@ a contra marcha

Desde El planeta de Olivia y Violeta nos sumamos a la campaña a contra marcha.

Como imaginaréis, cuando se ha perdido un hijo, un miedo cerval, irracional y que es necesario gestionar y tratar se queda instalado en tu cuerpo avisándote de todos los peligros, a veces reales y otros imaginarios, que surgen en la crianza del hijo que llega después de la pérdida.
Pues bien, hay un peligro que no tiene nada de imaginario y que es viajar en el sentido de la marcha.

Esto que no debería ser ningún secreto resulta que en España sí lo es, pues a veces parece que los que vamos a contramarcha y a contra corriente somos los que llevamos al niño a contra marcha en su sillita del coche una vez pasado el año o los 12 kg.

No hay concienciación suficiente sobre este tema a nivel «mainstream», digamos. Y la mayoría de las familias que no conocen el tema por falta de información, siguen llevando al niño de frente por costumbre, porque no se le da importancia y porque si fuese tan grave ya la DGT y el gobierno de turno se cuidarían de avisar concienzudamente a todos los padres, obligando por ley a llevarlos a contra marcha. Confiamos ciegamente en nuestros gobernantes, igual que nuestros hijos confían ciegamente en nosotros (la diferencia es que nosotros no les vamos a fallar, ¿verdad?).

Pues bien, muy recientemente descubrí que efectivamente no se puede confiar en que nos estén informando tan  debidamente o con el suficiente ahínco ni en que estén tratando de proteger a nuestros hijos (¿a quien protegen entonces?…)

Conocí el caso de Gabriel el Vikingo a través de facebook (como véis las redes sociales no son siempre una pérdida de tiempo a denostar). Me rompió el corazón y me hizo tomar conciencia de esta realidad. Después presté más atención a lo que mis amigas ponían sobre viajar a contra marcha y a noticias que se publicaban al respecto (un niño falleció mientras su madre aparcaba simplemente porque chocó con un bordillo, llevando el niño todos los sistemas de seguridad recomendados y homologados, pone los pelos de punta). Así recopilé una buena cantitad de información para comprar una buena silla para Violeta.

Finalmente, sus abuelitos nos regalaron la kipplan kiss 2, comprada en la tienda Nordic Baby en Madrid. Y colgué la foto en facebook, algo que ha servido para que otras mamás tengan también esa información.

Aunque nuestro coche es muy chiquitito la niña va bien en su silla

En la página acontramarcha.com está todo perfectamente explicado y documentado. Es cansado para mí que me traten de histérica por querer proporcionar la mayor seguridad a mi hijita Violeta, que me cuestionen la necesidad de que viajen a contra marcha, que me digan que es una tontería y además muy incómodo. Es fruto del desconocimiento, la costumbre y la confianza en un sistema que no protege a nuestros hijos (me pregunto de nuevo, ¿a quién protegen?).

En nuestro caso la necesidad de sillas es doble, (pues hemos de tener una silla en cada puerto, ante la sospecha de que si la mandamos facturada en el avión cada vez que viajamos puede terminar dañándose) pero creo que merece la pena la inversión, si se ha de recortar de algún lado, pensemos en la cantidad de pequeños objetos superfluos y caros que se regalan/compran a los niños.

Aquí queda nuestro granito de arena y nuestra invitación a la reflexión. De la muerte, cuando llega, nada nos salva. Esto desgraciadamente lo sé bien por experiencia. No somos dioses y no siempre podemos proteger de todo a nuestros hijos, pero haré cuanto esté en mi mano.

Violeta viaja segura, ¿y tu hijo?
A contra marcha, por favor.

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