Antes que nada decirte que me ha encantado el taller, eres genial. Olivia y Violeta tienen una mamá diez… espiritualmente hablando. Das paz y consuelo y ofreces herramientas para «abrir» los ojos y ver de forma distinta lo que nos acontece. No hay palabras para agradecértelo. En fin, no recuerdo exactamente el día en que apareciste en mi vida, pero de corazón agradezco todo lo que has hecho por mí.