El inicio del viaje. Planeta Olivia

Un embarazo absolutamente normal, muy deseado, lleno de amor, bien vigilado, atendido en un hospital convenientemente equipado,  no puede terminar mal. Así pensaba yo, que no morían bebés en el siglo XXI, excepto algunos pocos casos en los que habría algún indicativo durante el embarazo, una malformación, un sindrome incompatible con la vida, o en el momento del nacimiento, una negligencia o mala praxis.

Pero un día las desgracias dejan de sucederle a los demás, dejan de ser un eco lejano,  una noticia en los medios, una estadística. Un día te toca a ti. Nuestra hija maravillosa murió a los dos días de nacer. Había sufrido una hemorragia o transfusión feto-materna dentro del útero, al inicio de la semana 40 de gestación. Al notar ausencia de movimientos, se practicó una cesárea de urgencia y tuvo todos sus cuidados en la uci neonatal. En principio, no parecía que el desenlace pudiese ser tan trágico. En esas 48 horas de vida  se concatenaron una serie de complicaciones que llevaron a su muerte física.

Ya habrá tiempo de explicar muchas cosas, muchas sensaciones difíciles de describir. Lo importante ahora es situarnos en el momento en que una madre, un matrimonio, abandona el hospital sin su amadísima hija en brazos y se dirigen a su entierro.

Ahí empieza la realidad del duelo. Se acaban los días de incertidumbre, esperanza, angustia y dolor inefable del hospital. Ahora ya sabemos cómo ha acabado. Y habrá que empezar a asumirlo.

Cada persona es distinta. Cuando yo abandoné el hospital, me encontraba en una especie de calma, una especie de estado de shock, pero en cambio con un alto grado de consciencia. La inmensidad de la pérdida todavía no podía llegar a comprenderla.
El cuerpo está transido de dolor. La luz y el ruido nos son ajenos. Los alimentos, las conversaciones, nada parece real. Estás, pero no estás. Brota un llanto manso.Intermitente.

 

http://www.defondos.com/wallpaper/Arbol-de-Esperanza.html

El comienzo del camino. Podría desgranar casi día por día, pues  mi marido y yo guardamos un diario, pero escribirlo es revivirlo y aunque ha pasado casi un año, es igual de terriblemente doloroso. Por eso quiero centrarme en lo que ayudó, resumir este intenso trabajo de duelo, exponer qué hemos aprendido y como hemos sido capaces de dejarnos volver a llevar por la vida y desear volver a ser padres.
Ahora somos mejores personas y con mayor capacidad de ser felices. Resiliencia.

5 comentarios

  1. Hola; realmente tu blog es un consuelo para mi en mi camino hacia la luz, hacia la vida. Hace menos de dos meses, exactamente el 9 de Junio de 2015, fallecio mi primer y unica hija Olivia, a los 7 dias de vida. Lucho durante una semana por quedarse con nosotros pero era demasiado pequeña para lograrlo (nacio a las 25 semanas).
    No hace falta que te cuente cuan rapida e instantaneamente una logra amar y enamorarse perdidamente de su hija… Lo que la extraño, es indescriptible. Pero no voy a contarte nada que vos ya sepas.
    Me encanto cada una de las entradas que escribiste, son una inspiracion.
    Te he leido entre lagrimas, suspiros y sonrisas. Bellisimas palabras. Un beso a tu Oli y otro a tu Viole.

    1. Querida blackbird, yo también te leo entre lágrimas. Cuánto siento que tu Olivia bella tampoco pudiera quedarse, qué orgullosa estarás de su valentía y su lucha por vivir. Toma ejemplo, si nuestras Olis lucharon así por la vida, será que merece la pena vivirla. Gracias por tus palabras, te mando un abrazo muy prieto y muy sentido

  2. Hola..pfff..yo estaba de 38 semanas cuando mi niña dejo de moverse…fuimos al hospital y nos daban la peor noticia…había fallecido…me inducieron el parto pero no bajaba..acabe con cesarea y sabiendo que mi hija había fallecido por accidente con el cordon…de esto hace 3 meses y medio… y sigo pensando que es una pesadilla…que esto no me a podido pasar..que despertare y estará mi pequeña a mi lado…pero no.. porque veo su huella del pie en un marco de fotos y ella no esta…y yo siento que no puedo mas..

  3. Hola Noemí! He tardado mucho en ver este comentario y lamento no haberlo contestado antes, aunque fue un placer hablar contigo por mail. Siento tanto, tanto lo que le pasó a tu niña, es tan duro… Sólo han pasdo unos meses, apenas el tiempo para empezar a asumir la realidad. Mucha fuerza, queda un largo camino, pero seguro que encontrarás la manera de recorrerlo, aunque ahora te parezca imposible. Un abrazo

  4. Hola Alicia! Gracias por todo lo que escribis y por contestar. Es muy importante esta especie de dialogo virtual. Hace muy bien.
    Mi hija tambien nacio a las 40 semanas. Embarazo deseado, planeado y esperado. Mi segundo hijo. Tengo un nene de 4 años. Todo el embarazo perfecto. Era de esas pacientes que se toman el embarazo como algo normal. De esas que el obstetra de tan bien que esta no le da mucha bolilla. Como la gorda no queria nacer( porque hasta en eso era un alma sabia) me inducen trabajo de parto. En menos de una hora ya estaba en quirofano para pujar y que naciera. Hice dos pujos que no costaron nada y nacio. Y ahi empezaron los problemas. Una bebe inmensa de 3830 g, 53 cm pero muy moradita y que tenia un llanto distinto y ahi al revisarla vemos que tenia unos deditos de mas. La llevan a neo, donde vive 20 dias y una semana antes de que falleciera le diagnostican una trisomia 13 por traslocacion 13-13. Una enfermedad rarisima y que es rarisimo ( si no es que unico) que se manifieste de la forma en que se manifesto con jose. Encima de todo el dolor, la sensacion de vacio y de perdida, porque era como si mi cuerpo no entendiera que pasaba, que habia que hacer estudios para ver si su papa o yo eramos portadores y habia riesgo de que se repitiera la enfermedad de jose en otro embarazo. Lo cual gracias a dios no somos y nos da la chance de poder intentar tener otro bebe cuando estemos listos.
    Te queria contar nuestra historia tambien. Estoy en una fase que necesito, con determinadas personas con las que me sienta contenida, hablar. Muchas gracias por permitirme hacerlo. Un beso grande

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