Volver a vivir: Un verano para recordar

Un verano para recordar…

Aunque en el vídeo al que llegaréis siguiendo este enlace e introduciendo la contraseña «volveravivir» veréis a una mujer repasando una etapa intensa y maravillosa de su vida, lo cierto es que para llegar ahí hay que atravesar un desierto de dolor, resistencia, desadaptación, errores, aprendizajes y cambios muy conscientes de actitud. Y a pesar de la sonrisa, os cuento con total sinceridad que las lágrimas no se secan y la pena pervive, aunque da paso a un momento en el que duelo no pesa como una losa ni te impide volver a vivir.

Resulta que ¡la felicidad no es gratis! Pero estoy más que dispuesta a pagar su precio: A abandonar las resistencias, a ponerme en situaciones incómodas y desafiantes, como registrarme en una iniciativa para organizar una fiesta vecinal y convertirla además en una oportunidad de realizar un mercadillo solidario que fue un pequeño éxito, a cobrar consciencia de qué está aún descolocado en mi vida y pasar a la acción para trabajar sobre ello con el fin de no permitir que las enseñanzas de Olivia, del duelo, caigan en saco roto al diluirse bajo el efecto de la inercia de la vida. Es decir, quiero  continuar el camino transformacional del duelo y sentir el empuje y la luz de Olivia cada vez que me visite el miedo, para permitirme avanzar con paso cada vez más seguro.

Como una imagen vale más que mil palabras, además del vídeo aquí quedan algunas instantáneas, apenas retazos de las experiencias, por aquello de respetar la privacidad de niños y mayores, pero las comparto en un intento de contagiar el espíritu de un país verde esmeralda que devuelve la esperanza y refresca el alma, un jardín donde mi hija a aprendido a andar y nosotros con ella a caminar como familia. Juntos los visibles y los invisibles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Feliz verano a todos, lleno de amor.

6 comentarios

  1. Qué fotos y qué vídeo más emotivos! Me encanta que digas que eres feliz, a nuestra manera, claro. Porque es verdad que las lágrimas no se secan. Y esa frase que dices "Le agradezco a la vida que me haya regalado a Olivia". Cuanto amor en esa frase! Porque a veces nos centramos sólo en el poco tiempo que los tuvimos y no precisamente en que los tuvimos, a mi aún me pasa. Un abrazo enorme!

  2. Ay María, hasta que uno se da cuenta de que al menos los tuvimos con nosotras, pero duele tanto, tanto y parte el alma que no estén… Sin embargo llega ese momento, en que te das cuenta del regalo y del privilegio que es ser mamá de una estrella. Abrazo de corazón

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