Desde el corazón. Homenaje íntimo a Olivia.

Bendije la niebla invernal y castellana
porque envolvió la pequeña ciudad en un halo de misterio,
bendije esas nubes terrestres que acercaron cielo y tierra.
Por unos instantes, la frontera fue difusa:
qué eran nubes,
qué era niebla,
atmósfera irreal y onírica.
Mi rostro de pronto
húmedo
como queda el rostro de una madre
tras el beso torpe e inocente de su bebé.
Dulce niebla que traes besos de nube
prendidos en tus jirones
regresa pronto a recomponer con tu algodón mis sueños rotos.

 

En los rayos de sol
colándose a través de la maleza
veo vibrar
el polvo mismo de tu estrella.
Estela fugaz, apenas perceptible
de tus secretas visitas.
No te encuentro mejor entre las lágrimas
no estás más viva en lo hondo de mi pena.
Supe encontrarte flotando bajo el sol
entre los dos azules de verano.
Quise encontrarte sobre el prado
sintiéndo la caricia brava de la estrella diurna
descansando entre las flores.
Te encontré en el viento que susurra a las encinas,
en los ojillos negros de los selváticos zopilotes,
en los paisajes que ensanchan la vista
y abrazan el corazón con su belleza.
No estás más viva si te riego con mis lágrimas,
eres flor de vida y vida pides y regalas.
Estás en la paz y en la risa,
en todo lo bello que cura el alma.

 

Olivia, hija soñada,
niña eterna de luna y plata,
tus ojos de lucero y azabache
no llegaron a ver conmigo el alba.
Olivia, que la sangre te robaron
tú que eras arroyo joven
con cascadas danzarinas.
Besé el aliento que te quitaron.
No pude retener  el agua entre mis brazos.
Allá va, montaña abajo,
cascadas cantarinas
entonan notas de despedida.

(Muñecas de Las sandalias de Ana, regalo para toda la familia en el segundo cumple de Olivia)

5 comentarios

  1. Muchas gracias! Qué verdad, nos llenan de luz y alegría pero hay un dolor de fondo que no se mitiga y rebrota a veces muy fuerte. Sólo han pasado dos años, no perdamos la esperanza de que vaya mitigándose, pero es duro el proceso y el hueco nunca se podrá llenar. Un abrazo inmenso

  2. Ay, Alicia, yo aún no he sido capaz de encontrar a mi bebé en nada, sólo siento su ausencia..ese dolor de fondo, lo siento en todos los poros de mi piel ahora mismo…

    1. María, amiga, ni tres meses han pasado, estás en un momento durísimo, dolorosísimo, que tiemblo sólo de recordarlo. No puedes pedir más que continuar, aunque sea arrastrándote sobre los días y dejando pasar el tiempo, lentamente, suavemente, hacer lo que necesites sin forzarte a nada. Es muy pronto. Al principio hay tanto sufrimiento y ausencia que no podemos ver la luz. Pero cuando aparezca un rayito tímido, sigue ese camino. Paciencia y amor. Te mando mi mejor abrazo.

    2. María, amiga, ni tres meses han pasado, estás en un momento durísimo, dolorosísimo, que tiemblo sólo de recordarlo. No puedes pedir más que continuar, aunque sea arrastrándote sobre los días y dejando pasar el tiempo, lentamente, suavemente, hacer lo que necesites sin forzarte a nada. Es muy pronto. Al principio hay tanto sufrimiento y ausencia que no podemos ver la luz. Pero cuando aparezca un rayito tímido, sigue ese camino. Paciencia y amor. Te mando mi mejor abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *