Estrellas de una mayor constelación
El ser humano es grande. En lugar de centrarme en nuestra imparable codicia, destructora del planeta, único hogar que hasta la fecha conocemos, prefiero dedicarle mi atención a las maravillas de las que somos capaces.
Aisladamente, hay individuos sencillamente excepcionales, genios de todos los campos que han aportado grandes logros a la humanidad y transformado nuestras vidas. Pero lo mejor, lo más grande, se produce cuando el ser humano finalmente despierta de su sueño de separación, cuando deja de creer que los otros son su enemigo, cuando deja de fijarse en todo lo que nos distingue y se une a los otros en un grupo o comunidad para crear. Los hallazgos, las victorias conseguidas entonces son sencillamente enormes.
Uno por uno somos estrellas. Preciosas bolas de fuego, grandiosas en sí mismas, pero qué belleza aún mayor se logra cuando vemos las estrellas unidas formando parte de una constelación. sirviendo a algo más grande, perteneciendo a una identidad colectiva.
En estos tiempos de crisis, de guerra, de terrorismo, de rechazo, de racismo y xenofobia, de nacionalismos, de rupturas, de zozobra, yo me inclino por despertar de mi sueño de separación. No estamos separados, no somos distintos, somos uno en esencia y así es como somos realmente inmensos.
De mi experiencia vital en el duelo, he aprendido que nada une a las personas más que el dolor. Mucho más que la felicidad y la celebración. Cuando te hermanas en el dolor, lo haces de alma a alma y ves claramente en el interior de ese compañer@ que siente exactamente igual que tú.
Hay personas que leen este blog desde países lejanos, madres y padres con aspecto físico distinto al mío, con otro acento, con otra cultura, quizá con otra religión, viven bajo otra bandera, se rigen por otras leyes y sin embargo lloran las mismas lágrimas y sienten desgarrado el mismo corazón. Cuando hablo con ell@s, no hay nada que nos haga distintos.
En este Vídeo (Contraseña: sinprejuicios) comparto una pequeña y potente reflexión para mirar a los otros desde unos nuevos ojos que sí ven lo esencial.
Ahora estoy viviendo otra intensa lección de la vida. Como os cuento en el vídeo, al emigrar uno vuelve a atravesar un pequeño duelo por pérdida del entorno. Mi antídoto ha sido establecer nuevas conexiones humanas.
No me importa de dónde vengan mis amigos, ni a qué se dediquen. No tengo prejuicios. Es cierto que esto es fruto de los valores que me transmitieron mis padres (que, por cierto, fueron emigrantes en su juventud) pero también es algo que la muerte de Olivia y mi experiencia actual han puesto en valor.
Ahora vivo en una zona en la que hay familias acomodadas y las nannies, las cuidadoras de los bebés de esas familias de cierto status, han sido desde el primer momento amables y abiertas conmigo. Con ellas coincido en varias actividades a las que voy con Violeta o en el parque. Son personas que han emigrado de sus países en busca de un futuro mejor, de una oportunidad laboral, es decir, igual que hemos hecho nosotros. De Brazil, de Moldavia, Polonia, Filipinas… Cuando nos juntamos en el parque parece una reunión de la ONU.
Lejos de casa. la amabilidad y la cercanía ofrecida por otras personas toma una gran relevancia.
Me siento agradecida y afortunada por todos mis nuevos amigos y conocidos aquí. Tanto por los que tienen un bagaje similar al nuestro como por los que provienen de ambientes diferentes. Y disfruto igual de un café con mi amiga nanny , siempre atenta y generosa, que en un cumple de amiguitos de Violeta con gran celebración en una buena casa o en una cena glamurosa con amigos bien posicionados.
Para mí, son regalos del duelo. Aprender a valorar todo en la vida y apreciar a las personas por lo que realmente son. La conexión con otras personas es uno de los pilares de mi felicidad, no en vano es, al fin y al cabo, una variante del amor.
Alicia, en este duelo me he dado cuenta de lo mismo. Nunca hubiera imaginado que es el dolor lo que más une a las personas. Pues cuando hay felicidad es fácil estar al lado de otra persona. Lo realmente difícil es acompañar y entender a alguien que está en el abismo más profundo, y es ahí cuando estamos más unidos que nunca. Y son esas relaciones con la gente lo que nos da un poquito de fuerza para seguir, pues yo estoy segura de que sola no hubiera sido capaz! Un abrazo enorme amiga!
Hola bella, qué bien que compartamos este sentir tan profundo, esta conexión, que efectivamente ayuda un montón a no caer. Yo leí a Mercé Castro y me ayudó inmensamente a elaborar mi duelo. Pensé que si una mujer, una madre, es capaz de sobrevivir con esa luz a la muerte de su hijo de 18 años yo también sabría encontrar el camino para honrar a Oli y dar salida a todo ese amor por ella. Un abrazo grande, somos estrellas de una mayor constelación.
Pues eso mismo que cuentas de Mercé Castro me pasó a mi contigo! Te leí y vi que, dos años después de la partida física de Olivia (que es cuando encontré tu blog), vivías el duelo desde el amor. No estabas hundida como lo estaba yo en ese momento y como pensaba que me quedaría para el resto de mis días. Así que gracias, gracias por enseñarnos que hay un camino para poder continuar. Aunque la pena esté ahí, aunque haya días duros, pero nos haces ver que los buenos momentos también vuelven!
María, comentarios como éste hacen que escribir cobre todo el sentido del mundo y merezca la pensa. Me ha dado un calorcito y rubor, si ayuda, aunque sea a una sola mamá, entonces estamos cumpliendo nuestro propósito.
Hola Alicia. Qué post más hermoso, más humano, más necesario. Justamente hoy estaba preparando un programa de coaching y tenía que hablar del perdón y escribía de cosas muy parecidas a las que tú cuentas aquí: que todos somos uno, que hay que unir en vez de separar… Me encantó recibir tu testimonio y además encontrarme con este artículo tuyo. Me he suscrito ya a tu correo, espero recibir noticias tuyas semanalmente 😉 Un abrazo muy grande y sigue siendo esta luz que alumbra muchos caminos.
Oh qué honor verte por aquí de nuevo y tenerte de subscriptora! Me inspiras muchísimo así que mi testimonio no es más que la verdad sobre todo lo que tu trabajo me ha ayudado y lo sigue haciendo.
Cuando alguien a quien admiras te da buen feedback es un gran impulso para creer que lo que haces tiene sentido. Un abrazote muy agradecido